Transhumancia

Pastores, los que fuerdes
allá, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.

A primeros del mes de junio llegan los ganados a la Sierra de Segura, los pastores les guían haciendo “la verea” y durmiendo al raso donde toca. Durante el verano y otoño aprovechan ovejas y vacas los frescos pastos de las alturas, hasta que ya a final de noviembre regresan a Sierra Morena, de clima más suave para pasar el invierno. La trashumancia es lo que podríamos llamar una forma de vida en peligro de extinción, pero aún hoy los ganaderos segureños se mantienen firmes en las tradiciones de sus abuelos.
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